HORARIO DE SERVICIOS. SEDE: EL TEMPLO DEL CARMEN, BARRIO DEL HUESO. CAPILLAS: NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. BARRIO DE LAS CRUCITAS; SAN JUAN PABLO II, EN LO MAS ALTO DEL CERRO DE LA MIRA, COLONIA JUAN N. ALVAREZ; BEATO BARTOLOME DIAS-LAUREL EN EL BARRIO DE EL POZO DE LA NACION.

sábado, 22 de enero de 2011

EL TEMPLO PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN EL BARRIO DEL HUESO DE ACAPULCO.

EL TEMPLO PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN EN EL BARRIO DEL HUESO, DE ACAPULCO.
Pbro. Lic. Juan Carlos Flores Rivas

ITINERARIO HISTORICO.

En el mes de enero de 1949 bendijo y colocó la Primera Piedra del actual Templo Parroquial en el Barrio del Hueso, el Excelentísimo Señor Obispo de Chilapa el Siervo de Dios Monseñor Leopoldo Díaz Escudero y se hizo una capilla provisional de teja y fajilla rodeada de palapa, el 2 de febrero de 1949 la construcción del Templo Parroquial empezó su marcha, teniendo como base un proyecto del Arquitecto Federico Mariscal, el mismo que terminó la actual Catedral de Nuestra Señora de la Soledad de Acapulco, la catedral de Santa María de la Asunción de Chilapa, y que colaboró en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, entre otras obras insignes.

Precisamente se le otorgó a este Templo Parroquial en título de Nuestra Señora del Carmen, al estar en las inmediaciones del mar, pues la Santísima Virgen del Carmen lleva el glorioso título de Stella Maris (Estrella de los Mares). Y quien conoce la ciudad actual de Hayfa, donde se encuentra el Santuario de la Stella Maris, puede parangonar muy bien esta colina de las Iguanas, con aquella espléndida del Carmelo. Desde ambas colinas se aprecia el mar, en las bellas bahías, de Hayfa en el norte de Israel, y en nuestro caso la Bahía de Santa Lucía, en Acapulco. Como nuevos profetas Elías, nosotros podemos contemplar la gloria de María, que se eleva por encima de los mares, bendiciendo y protegiendo a todos.
Panoramica de la Bahia y el Puerto de Hayfa en Israel desde el Santuario Stella Maris en el Monte Carmelo

El Templo Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, en el Barrio del Hueso de Acapulco, de una sola nave, comenzó a ser construido por el entusiasta Padre Jorge Parra Martínez, colocando la Primera piedra el Obispo de Chilapa en 1949, al iniciar una Visita Pastoral a las Parroquias de la Costa Grande de Guerrero, Visita que duró dos meses, y al regresar de nuevo al Puerto de Acapulco, se llevó la grata sorpresa de que el Padre Parra ya había levantado las paredes del primer nivel, que hoy es la cripta, y que por muchos años sirvió para el culto ordinario.
Fotografia del avance en el año 1950

El Padre Parra sirvió a la Parroquia durante ocho años, hasta el 14 de Mayo de 1956 en que es trasladado como Párroco de Nuestra Señora de la Soledad. Al Padre Parra corresponde con entusiasmo poner las bases de la vida espiritual de la nueva Parroquia del Carmen, así como iniciar la construcción del actual Templo Parroquial, que dejará en un 70 por ciento, y cuya construcción seguirá apoyando hasta su fin, después como Párroco de la Soledad. Con el Padre Parra a la cabeza, colaboraron los presbíteros: Emilio Sánchez, como Vicario; Miguel Marcial Domínguez (quien después pasó a Párroco de La Sabana), como Vicario Cooperador del 11 de Octubre de 1949 al 30 de Octubre de 1954; Eutimio Dircio, como Vicario; Domingo Pantoja Escamilla, como Vicario Cooperador; Jesús Cortés Gaspar (quien después pasó a Párroco de Cuautepec), como Vicario; y Baldomero Muñoz, como Vicario.
Fotografia del Avance en 1950, como se puede apreciar primero se construyo el curato, en la parte posterior al templo.

El Padre Parra buscó a sus colaboradores para que le ayudaran en la construcción del Templo Parroquial. Había recibido su nombramiento de Párroco sin que existieran instalaciones de ningún tipo, pero entusiasta, no se amilanó, sino que puso manos a la obra. Entre los fieles encontró colaboradores: Joaquín Adame, Francisco Vela, Marcial Rivera, Petra Balboa, Irene Orbe Quiñones, Herlinda Soberanis, Pedro Osorio e Irene Martínez de Osorio. Pedro Osorio, Alberta Dorantes y Francisco Tenorio, le propusieron un terreno que estaba abandonado, dividido en tres partes, donde había mucho escombro de huesos. El Padre Parra se arregla con el señor Pedro Osorio y le compra el pedazo de terreno que le corresponde a él. Se lo vende en 20 mil pesos, y de los otros dos señores se duda la cantidad en que vendieron sus terrenos. El Padre Parra estaba joven y teniendo mucho interés en construir la Iglesia, él mismo toma la barreta, la pala y la carretilla para remover escombros. El Padre Parra dejó la construcción muy avanzada, en un 75 % de la obra negra. Y el último tramo del techo fue terminado por el quinto Párroco el Presbítero Guillermo Olmedo Jaimes.

Tocará terminarla en su totalidad, como se dice en la costa “ajuarándola”, al emérito Párroco Don José Jesús Cortés Gaspar. Al Padre Cortés le tocará colocar los amplios ventanales con sus vitrales, la abundante ornamentación de tipo barroco, y finalmente rematar con una pequeña torre.

El 15 de Septiembre de 1983, a los 25 años de fundada la diócesis, en su Año Jubilar, y Año Santo de la Redención; a los 35 años de fundada la Parroquia, tuvo lugar la Solemne Ceremonia de la Dedicación del Templo Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, por Monseñor Rafael Bello Ruiz, recientemente nombrado Arzobispo Metropolitano de Acapulco. Conforme a las normas litúrgicas de la Dedicación de una Iglesia (Canon 1237), se colocaron en el altar las reliquias de los Santos Mártires Gregorio, presbítero, y Osorio, diácono, obtenidas en el Vicariato de Roma.

De esta forma se llega a la finalización de todo el proceso constructivo del Templo Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, en el Barrio del Hueso de Acapulco. Proceso que inicia en 1949 y que durará entonces 34 años (1949-1983). A partir de entonces es prácticamente nulo el mantenimiento que se le ha otorgado, y por eso urge una inversión de grandes dimensiones, pues en la actualidad el grado de deterioro es muy avanzado.

ALGUNOS DETALLES CONSTRUCTIVOS.

El Templo del Carmen de Acapulco, al ser construido en un gran desnivel, le permite alcanzar una gran proyección y altura arquitectónica, una gran esbeltez, que le proyecta teniendo como fondo la espléndida Bahía de Santa Lucía, haciendo gala a su título de Stella Maris (Estrella de los mares).

La iglesia al ser construida toda de piedra, proyecta un cierto carácter militar defensivo, asemeja una fortaleza; emplazada en el centro histórico de Acapulco, un pueblo no fortificado; Planta sencilla de una nave; la estructura tiene influencias góticas ya que en sus orígenes, para ser construida, se contó con la ayuda de personas con mayores recursos económicos; el techo final es una cubierta de bóveda de dos aguas ya que la zona en la que se ubica es de escasos recursos; contrario al estilo constructivo de este tipo de templos las ventanas lejos de ser escasas, y colocadas en la parte alta de los muros laterales –muy al estilo de la grandes Iglesias Medievales-, en el caso del Carmen de Acapulco, son nueve y de grandes proporciones, todas de cristales y rematadas con espléndidos vitrales de manufactura italiana, que reproducen los misterios del Santo Rosario.

La estructura es bastante simple; el efecto visual es el de una estructura encastillada; en la fachada aparecen un vitral ricamente decorados que reproduce la imagen de Nuestra Señora del Carmen; el efecto general es el de un templo-fortaleza de proporciones sencillas y simétricas, a la manera de un núcleo de refugio, ciudadela y centro comunal, logrando una mayor unidad y claridad tanto en el plan como en el volumen.

Las proporciones para el templo de una nave en México fueron: Proporción de 1:4 con respecto al largo; cada brazo del crucero debía tener una profundidad de la mitad del ancho de la nave.

El acceso principal es por la puerta lateral, dado que el Templo fue construido en un espacio muy limitado, y no cuenta con atrio, los accesos dan directamente a la calle.

La bóveda de dos aguas que descansa de manera ágil en los muros laterales, con amplios ventanales al estilo de las Iglesias Medievales.

El presbiterio se delimita con un gran arco, y se elevaba sobre una plataforma que lo diferenciaba del resto de la nave y a la que se tiene acceso subiendo unos escalones.

El coro manejado como un gran balcón en la parte posterior del muro de la fachada, no resta espacio ni volumen. Una entrada a la iglesia, pocas veces utilizada, y que comunica la nave del Templo con la cripta, a través del bajo y ancho sotocoro sin ninguna decoración en el plafón. La profundidad del coro es igual al ancho de la nave.

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